Hola, ¿Qué tal?
Hoy es un día maravilloso, lleno de sol y calor. Somos en primavera, es natural que sea así, pero a mí me parece que somos casi en verano. Mejor, ¿no? Este lindo tiempo que hay afuera me llena de tanta felicidad y alegría. Me siento más positiva, más tranquila. Las semanas pasadas fueron muy difíciles para mí y para mi familia, sobre todo por mi mama que todavía está en hospital de Verona. Pero en mi corazón siento que muy pronto todo se va a reglar. Como todas las batallas de la vida que tuvimos en pasado, vamos a vencer también a esta última. Por fortuna no somos solos en esta guerra, podemos contar con nuestros familiares y amigos que desde cuando llevaron a mama en hospital de Verona nos dieron su apoyo moral y tanto cariño que necesitábamos. Los amigos de siempre no nos dejaron y no saben cuánto somos agradecidos a ellos por su presencia constante aun sean lejos, en nuestro país de origen. Como yo soy agradecida a una mujer especial que no solo me había dado mucho cariño, me dio mucha fuerza para seguir adelante con sus palabras justas y dulces.
A veces la vida nos sorprende y nos pone en nuestro camino las personas maravillosas que aun no conozcamos personalmente, sabemos que están y sentimos bien fuerte su presencia. Es lo que sucede a me, o mejor que me sucedió. Conocí a Dani a través una red social que se llama twitter. No sé se podría explicarlo a la mejor, pero desde principio, leyendo las cosas que escribía, la sentí muy vecina a mí, a mi manera de pensar. Daniela es una psicóloga argentina. Puede ser porque lo sabía, o por una razón a mi desconocida, pero la noche que mama tuvo el accidente, siendo muy mal, escribí un mensaje a Dani. Me sentía culpable por no haber hecho más para salvar a mama de fuego. Pensaba que había podido reaccionar en una manera diversa, hacer algo para que ella sufriera menos. Me consideré débil. Estaba pensando y repensando a lo que sucedió buscando las respuestas a mil preguntas que había, sin ninguna respuesta satisfaciente. Dani me respondió con mucho cariño que no olvidare nunca. Se convirtió en mi confidente, mi consejera. Mi dio mucha energía positiva. La sentí muy vecina aun sea lejos. Es una persona magnifica y estoy muy feliz por haberla encontrada en camino de mi vida.
Gracias por todo Dani. Por ser lo que seas. Gracias por tu cariño, tu bondad y sobre todo por tu presencia. Gracias por tu apoyo de estas últimas semanas. No sabes lo que significa para mi todo esto.
Con todo mi cariño, hasta pronto amiga.
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